El Don o doña es usado por los Ticos para demostrar respeto y cortesía pero de donde yo vengo este título está reservado solo para
los “ancianitos” hay que tener el rostro arrugaíto y el cabello blanquísimo
para merecer ese título, así que la primera vez que me llamaron “Doña Sandra”
lo primero que imaginé fue que el proceso de desarraigo de mi tierra y de mi
gente me había pasado factura, - “Te cayeron los años encima”- pensé.
Todavía me cuesta acostumbrarme al “Doña” pero ya no salgo corriendo
a comprar tinte cada vez que me llaman así…

No hay comentarios:
Publicar un comentario