La Decisión

Buscando mejores oportunidades y bienestar para nuestra familia, hace cinco años, decidí meter nuestras vidas en seis maletas para trasladarnos a vivir a Costa Rica. Durante el proceso me he topado con obstáculos que nos han hecho más difícil avanzar. Gracias a Dios, los tropiezos han sido menores que las satisfacciones, así que me gustaría contribuir con mi experiencia a que, para otros, la adaptación sea más sencilla. Espero compartir con mis lectores información, vivencias y testimonios de utilidad, todo con un enfoque positivo, en un lenguaje sencillo y respetuoso. Trataré de enfocarme en lo que puede ser de utilidad, sin perder tiempo en experiencias negativas, aceptando gustosa cualquier crítica constructiva. Me gustaría compartir también las anécdotas divertidas que surgen por las diferencias culturales para hacer este blog más agradable y entretenido.

Aquí Tiembla

Para que tengan en cuenta, se reportan casi a diario movimientos telúricos en este país. Se puede reconocer a un inmigrante en Costa Rica cuando estos suceden. El tico está acostumbrado y educado para no caer en pánico y ni se inmutan ante estos fenómenos naturales, en cambio, cuando ocurren los movimientos de tierra más fuertes, se pueden ver a las puertas de los colegios mamás extranjeras, en pijama,  corriendo de una lado a otro, alteradísimas buscando a sus hijos… “misijos misijos” gritaba como loca mi amiga Diana, inmigrante como yo,  en septiembre de 2012, fecha del terremoto de la Península de Nicoya.

Para que tengan una idea de la cantidad de sismos sentidos visiten la página de OVSICORI 

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